lunes, 16 de diciembre de 2019

Sólo yo y Abú y el desierto.

Crecí como crecen las papas en el sótano. No sé lo que es la vida.
No quiero ser un capullo, quiero cruzar los ríos a nado,
quiero caminar ciudades enteras,
quiero beberme la vida de un sorbo rápido como mi café negro.
Libre como el viento que vuela a su antojo.
Paseando por el páramo vestido de espantapájaros.
Prefiero los arbustos desaliñados y sombríos a las finas rosas.
No importa cómo luzco: a los lugares adonde voy nadie puede verme.
Se me derritió la sombra bajo la nube negra.
Las ideas son más bonitas que los proyectos.
Vi a un fantasma parado.
A sus pies corrían tres ríos: Limay, Neuquén y Negro.
Siempre vuelvo a los viejos sufrimientos que nacieron conmigo.
Ha pasado demasiado tiempo. Todo se pudre aquí, hasta las piedras.
Sólo yo y Abú y el desierto.
Se me derritió la sombra bajo la nube negra.
Collares perdidos sin perros.
Me gusta escribir todas mis preocupaciones en una gran lista.
Todas las ventanas de mi casa están torcidas y mi puerta está al revés.
Ojos perseguidos, cara cansada, casi enloquecida, adorable.
Definitivamente ya no estoy al mando de mis propias decisiones.
Arriba el deseo, abajo el tiempo.


Me cansé de estar cerca de casa


Sin pena ni gloria.

Sólo quisiera tranquilizar mi espíritu, que no esté siempre tan desesperado.

Hoy ya gasté toda mi buena suerte.

Está claro que ya no bebo los vientos.

Sé que tengo los sueños equivocados, sueños de otra época, pero si los abandono me quedo sin nada.

Ganas de echar a correr de pronto por el campo.

“No existe ningún animal tonto. La inteligencia en el mundo animal hay que entenderla como la capacidad para adaptarse al medio ambiente, y todos los animales saben adaptarse, en mayor o menor grado”, dicen los científicos.

Mi ser humano favorito es el poeta.

La acción de caminar con las manos en los bolsillos. Es hermosa. Y ya no se ve tan seguido.

Paso por un auto chocado y pienso: un auto menos.

En mi casa trato de reconstruir mis pedazos para salir a la ciudad como una persona normal y no como un extraviado.

Las personas más tranquilas tienen las mentes ruidosas.

Quiero que me expliquen todo.

Quiero revisar todo el universo.

Tengo visión de futuro, lo que significa que puedo ver el polvo en todas las cosas muy de cerca.

Desempolvando flores en mi jardín.

Pasando una hora cada día cepillando mi cabello y planchando mis cordones.

No quiero interrumpir a las piedras.

A veces quisiera renunciar a todo el universo que se viene.

Quiero que me expliquen todo.

Todas las ventanas de mi casa están torcidas y mi puerta está al revés.

Amo las plantas además de preocuparme de que todas se mueran.

Collares perdidos sin perros.

Paseando por el páramo vestido de espantapájaros.

Prefiero los arbustos desaliñados y sombríos a las finas rosas.

No importa cómo luzco. A los lugares adonde voy nadie puede verme.

Mi vida está plagada de sospechosas coincidencias.

Isla Paraíso vs Isla Industria.

A esta ciudad maldita hay que caminarla de noche, cantando a los gritos en ligero estado de ebriedad.

Me gusta pensar que el tiempo no es algo lineal, sino simultáneo y permanente. De esa manera siento que no perdí nada.

Bardas y bicicross, esa es mi infancia.

Alguien tendría que habernos advertido: en esta vida todo es decadencia y un poco de brillo.

Hay días que soy un soñador y otras un ejecutivo.

Sueños de gloria y de amor rotos.

Vi a un fanstasma parado. A sus pies corrían tres ríos: Limay, Neuquén y Negro.

Siempre vuelvo a los viejos sufrimientos que nacieron conmigo.

Libre como el viento que vuela a su antojo.

Crecí como crecen las papas en el sótano. No sé lo que es la vida.

Antes del fin del mundo los científicos se excedieron y crearon una inestabilidad en la atmósfera. Hubo cataclismos, temblores, tsunamis. La marea cubrió todas las ciudad. Sólo quedaron dos islas: Industria y Paraíso. La primera está llena de cinetíficos y ejecutivos que todavía quieren consquistar el mundo. La segunda son campesinos e intelectuales que quieren reconstruir una nueva sociedad en armonía con la naturaleza. Quién ganará?

Mi corazón resistió otro día.

Los espacios entre las estrellas.

De cara al futuro tenemos que esperar lo mejor.

Prefiero los arbustos desaliñados y sombríos a las finas rosas, pefiero la amistad verde al amor que solo es vanidad.

Me gusta escribir todas mis preocupaciones en una gran lista.

Arriba el deseo, abajo el tiempo.


Qué puedo yo hacer.
Los proyectos me abandonan
El tiempo es mi única compañía
pero ya no me sirve de nada.
Esta es la vida desmantelada
Esta es la verdadera vida
Estoy en el mundo
Mis posesiones más queridas
fueron creadas por amor al dinero.
Ya no creo en nada.
Esta es la vida desmantelada
Sin sueños ni trofeos
Qué puedo yo hacer
Buscar lo verdadero
Que puedo yo hacer
Buscar lo verdadero
Algún día tendré lo verdadero en mis manos
y no lo soltaré.

domingo, 23 de agosto de 2015

Estuve toda la noche llorando la muerte de mi hormiga.
Pienso que nuestra relación está llegando
a un estado de entendimiento mutuo.
Estuve en los pinos donde el sol nunca brilla
temblé de frío la noche entera.
Soy como un rey en el exilio.
No estoy en ningún lugar.
Ahora sólo podrás saber cuán mal estoy
a través de una manera muy sutil de expresarlo.
No son gritos de auxilio
si no pequeños llamados telepáticos.
Es el tipo de comunicación que utilizan las hormigas.

lunes, 20 de julio de 2015

Me escapé del Festival Internacional de Poesía
para volver con mi mamá.
até mi valija con dos tipos de cinta.
mi valija llena de chocolates y de cómics.
Me llevé lo que pude agarrar a tientas, en la oscuridad.
Había dormido con la ropa puesta todas las noches.
Lo sé por experiencia: cuando me revelo a mi destino las cosas salen muy mal.
Pienso que nunca llegaré a ser un vagabundo solitario y eso me entristece.
Mientras tanto un águila cruza el desierto.

martes, 16 de junio de 2015

Kerouac y los perros

Jack Kerouac caminando a través del bosque en Lowell, cerca de la casa de su mamá, con sus perros detrás, buscando el lugar de siempre: un colchón de hojas bajo un gran árbol donde todas las tardes va a meditar y a tomar una siesta. Los perros sueltos y felices a su alrededor, no exigen nada de él más que su presencia, duermen tranquilos todos juntos bajo el mismo árbol, vacíos e iluminados, ya salvados para siempre.

viernes, 12 de junio de 2015

Soñé que yo era la nieve
cayendo en la ciudad
y vos eras la barredora
levantándome de las cocheras de la gente.
Yo era una estrella supergigante roja sin densidad,
como el proyecto inestable
de un fantasma amistoso.
Yo era una flota de brillantes ovnis
meciéndose en el cielo nocturno.
Voy a esperar en la penumbra
una promesa de pureza.
En clubes de ajedrez, pacientemente
bajo las mesas, en silencio, una mañana fría
mientras los ajedrecistas piensan su jugada
y toman café y vuelven a pensar.
Voy a rememorar momentos de facebook
esperando una promesa de pureza
que me devuelva a mi estado original
de Hijo del Sol.